El cáncer de laringe es el origen de que algunos pacientes no tengan cuerdas vocales. Para evitar que este cáncer se extienda a otras partes del cuerpo, la única solución en algunos casos es practicar una laringectomía con la que se hace una extirpación total de la laringe y, por ende, de las cuerdas vocales localizadas en su interior. De esta manera, se independiza la función deglutoria de la respiratoria.
Tras la operación, comienza entonces un proceso de reeducación con un largo aprendizaje para volver a aprender a respirar, comer y hablar.
Una de las grandes preocupaciones, de estos pacientes, es si podrán volver a hablar tras la extirpación de las cuerdas vocales, y la respuesta es que sí pueden hacerlo en un tiempo prudencial. La recuperación de la voz se puede hacer de forma erigmofónica o mediante prótesis. En el primer caso, la voz que recuperamos en sustitución de la que perdimos se obtiene fácilmente a través de un eructo esofágico. Además de este proceso tradicional, las nuevas técnicas de cirugía fonatoria permiten la implantación en el paciente de una prótesis que facilita que estas personas se comuniquen oralmente.